Hemos rehabilitado una nave ganadera para transformarla en el gallinero, y unas antiguas dependencias construidas en adobe en un centro de envasado de huevos.

Cuidamos al máximo su alimentación, aspirando a que sea lo más variada posible y de procedencia local.  Principalmente está constituida por los cereales producidos en la finca y por los restos de hortalizas de la huerta, así como por las hierbas e invertebrados que pueden encontrar en su extenso patio. Las gallinas son omnívoras, y la búsqueda de alimentos variados que complementen su nutrición forma parte de su hacendoso día a día.

Para hacer más confortable y estimulante su hábitat, y teniendo en cuenta que el nicho ecológico de las gallinas silvestres lo constituían las selvas del sudeste asiático, en el patio del gallinero hemos plantado un vergel, complementado con otros árboles nobles de especies de la zona. Este conjunto arbóreo contribuirá a su vez al aumento del número de otras especies animales y vegetales con las que las gallinas pueden interactuar. A su vez las gallinas prestarán sus valiosos servicios medioambientales de control de las especies de invertebrados que podrían convertirse en plagas para los árboles. Mientras aprovecharán los restos de fruta.

Las gallinas aportan un excelente complemento orgánico que reintroducimos en los suelos para fertilizarlos, lo que aumenta su importancia como compañeras en este proyecto.

Os llevamos los huevos junto con las hortalizas y legumbres para completar las cestas, y también podéis encontrarlos en el comercio local y de barrio con el que colaboramos. Para conocer donde conseguirlos o para envíos directos contáctanos.